domingo, 9 de noviembre de 2014

Qué será???...



No sé cuándo llegarás a mí, ni lo que harás para conseguirlo, pero puedo presentirte cerca.

No puedo imaginar cómo será tu cara, ni cómo será tu voz, sólo sé que te necesito. Pienso en ti cada segundo de mi existencia, anclado en la ventana por si te veo llegar para rescatarme de la oscuridad y el desamparo que me ahoga. Eres mi primera y última  esperanza, mi primer y último pensamiento. Eres todo lo que quiero, y te espero impaciente, ansioso por sentir tu aliento, tus dedos entrelazados con los míos, tu compasión.

La soledad se derrama por todos los poros de mi cuerpo anquilosado, porque te necesita, te desea y te espera. Estoy muerto en vida sin ti, estoy en la sala de espera de la incertidumbre, esperando mi turno, deseando que pronuncies mi nombre, deseando ver tu rostro por primera vez.

Todos los días son iguales, la luz es tenue y parpadeante, la comida no sabe a nada y a penas puedo dormir, me duelen las articulaciones y tengo los ojos irritados de llorarte. Solo espero que no te demores mucho, que estés de camino, que te reúnas conmigo antes de quedarme ciego de cordura y convertirme en un saco de huesos.

No sé cuáles serán tus primeras palabras, la mía será “gracias”, por sacarme de este presente y por traerme esperanzas de un mañana, que sin ti no puedo imaginar. Necesito que borres de mi los instantes en los que el pesimismo fundió algunas de mis  neuronas, dejándome en la oscuridad, haciéndome olvidar lo que es la felicidad. Necesito que me ayudes a  recuperar  los buenos recuerdos, la risa y al optimismo que se fue hace tiempo de esta habitación.

Cuando te tenga a mi lado voy a cuidarte, voy disfrutar de cada momento a tu lado, voy valorar cada suspiro, cada mirada todos los días de mi vida. Cada vez que abra los ojos a un nuevo día, te agradeceré esta nueva oportunidad de vivir, de sentir el aire de nuevo en mi cara y no a través de esta ventana informe llena de barrotes retorcidos.

Percibo tu olor cerca, oigo lejanos tus pasos aproximándose a mi escondite involuntario y mi ritmo cardíaco responde con entusiasmo. Sé que estas cerca.

Te espero libertad y contigo a mi libertador. Te espero con las manos  llenas de herrumbre de agarrarme a los barrotes para gritar tu nombre día  tras día, con el único traje que tengo y casi sin identidad.

No sé cómo serás, no te puedo ni imaginar, solo sé que te necesito.

Licencia Creative Commons
Relato: "¡Qué será!" por María Vanessa López Torrente se distribuye bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivar 4.0 Internacional.
Basada en una obra en relatosdelacolmena.blogspot.com.es.

No hay comentarios:

Publicar un comentario