martes, 10 de abril de 2018

Contigo


Contigo nunca es tarde ni temprano, nunca hay prisa ni cabida para el aburrimiento,  con tu sola presencia me siento pleno, distraído y haces que mis pensamientos respiren. Tropezarme contigo siempre es un placer.

Me gusta como radiografías todo lo que pasa por tus ojos, la forma que tienes de enseñarme el mundo, de arreglarlo o disfrazarlo, y jugar a las adivinanzas, jugar a suponer situaciones inverosímiles sobre todo lo que pasa por delante de nuestras cotillas miradas. Me gusta la forma que tienes de describirme los edificios, las máquinas, los animales o simplemente una sombra en la pared o una nube diferente. Me gusta el giro poético que le das a las inclemencias del tiempo o al sol fatigante del verano, cuando ya no puedo más.

Contigo me gusta observar los paseos, los rostros, la moda, las luces de las viviendas aún encendidas o los coches saltando ligeramente por los baches de la carretera. Me gusta que busquemos los pequeños detalles que les dan sentido a los grandes, ponerle voz a un bebé que llora o escuchar al viento refunfuñar con los arboles.

Me conmueve ver cómo te regocijas con los primeros rayos del sol y como te acurrucas con los últimos rayos del día, como un gato recibiendo al sirviente al que le  hace creer que es su amo, cuando en realidad está a su merced. Me gustan tus amaneceres y atardeceres, sentir el viento a tu lado, el frío en las mejillas, mientras oteamos el horizonte o nos desconsolamos mirando las estrellas.

Contigo puedo hablar de cualquier cosa, a cualquier hora, sin medida, ya sean simples tonterías o ruidos existenciales, y aunque no siempre me ayudas a dar con las respuestas a las preguntas que a veces te traigo, me voy de tu lado con la sensación de haber solucionado la mitad, lo urgente, lo importante ya se solucionará.

Me gusta cómo me arreglas la ropa, me peinas o me despeinas, como colocas mis lunares, y como en cuestión de segundos haces que tenga una versión mejor de mí. Eres la compañía perfecta para un leche y leche o una cerveza, para escuchar las mismas canciones una y otra  vez, y no importa el lugar que nos rodee, ni la luz que nos ilumine, ni la oscuridad que nos envuelva, a tu lado siempre reflexiono, me conmuevo o me sorprendo.

Siempre es un placer ver la vida pasar a tu lado…y no me importa si eres redonda, cuadrada o rectangular; si estas hecha de piedra, madera o de aluminio, si eres grande o pequeña, si eres zurda o diestra. No me importa si tienes cristales gruesos, finos o de colores, e incluso si están ausentes o rotos; no me importa si tienes barrotes, baranda o enrejado, si eres alta o bajita, si estas en movimiento o quieta. Y no me importa hacia dónde estés orientada, ni lo que me quieras ocultar o enseñar…porque siempre, querida ventana, es un placer ver la vida pasar a tu lado.




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Relato: "Contigo" por María Vanessa López Torrente se distribuye bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivar 4.0 Internacional.
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